www.larevistachocolate.com
En la República Dominicana, la corrupción no es una
anomalía: es una estructura.
No aparece como accidente, sino como método.
Cambian los actores y los partidos; el mecanismo permanece.
La política no se
ejerce: se representa.
Es teatro institucional.
Se simulan conflictos, se declama indignación y se anuncian procesos, mientras
las decisiones reales ocurren fuera del escenario visible.
Aquí entra el viejo
concepto de pan y circo,
plenamente vigente.
El circo moderno no entretiene: distrae.
Titulares, ruedas de prensa, arrestos anunciados y debates virales sustituyen
la comprensión del proceso. El pan ya no es solo material; es emocional: la
sensación de que “algo se está haciendo”.
Pero un proceso que
comienza no es justicia.
Es apenas el primer acto.
El problema no es que la
ciudadanía reaccione, sino que ha sido habituada a reaccionar sin seguimiento.
La atención se mueve rápido, la memoria es corta y la vigilancia se diluye.
Así, cada nuevo caso reemplaza al anterior sin que ninguno llegue a su
desenlace real.
No se trata de
incapacidad individual, sino de un modelo
que desalienta la comprensión profunda y premia la distracción constante.
Un sistema funciona mejor cuando la indignación es breve y el olvido es
administrado.
Tenemos voto, pero poco
control.
Tenemos opinión, pero escasa incidencia.
No porque la democracia no exista, sino porque el poder se protege
administrando el tiempo, el relato y la atención pública.
El poder entendió bien
que no necesita convencer moralmente, sino sostener el espectáculo.
Lo que aún está pendiente es una ciudadanía que entienda que el circo no es
señal de cambio, sino muchas veces su sustituto.
No se trata de rabia ni
de cinismo.
Se trata
de lucidez.
No aplaudir anuncios.
No confundir gestos con resultados.
No abandonar la observación antes del último acto.
Porque mientras el
espectáculo sustituya a la vigilancia,
la corrupción seguirá siendo poder
y la indignación, solo una pausa entre funciones.
_______________________________________


No hay comentarios:
Publicar un comentario
En la Revista Chocolate valoramos cada palabra y cada opinión.
Muy pronto nos pondremos en contacto contigo si es necesario.
📬 Mientras tanto, te invitamos a seguirnos en Instagram [@revistachocolate] y a descubrir más historias que merecen ser contadas.