La noticia de que Hilton construirá un hotel cinco estrellas en Las Terrenas cayó como un rayo de luz sobre un destino que, aunque bello y próspero, vive una tensión constante entre el paraíso y el desorden. El anuncio del Almare Beach Resort Las Terrenas – Curio Collection by Hilton, proyectado para iniciar construcción en 2026 en Playa Bonita, no solo trae ilusión: Trae también una enorme responsabilidad para quienes gestionan el desarrollo de esta franja del nordeste dominicano.
Hilton no apuesta a cualquier sitio. Elige lugares con alma, con potencial, con una belleza que pueda sostener una marca global. Y es innegable que Las Terrenas tiene eso: Mar turquesa, colinas verdes, arquitectura tropical, energía multicultural y un ritmo que enamora al viajero. Por eso, cuando una cadena de esta categoría decide poner un pie aquí, envía un mensaje claro: El destino está entrando en una nueva liga.
Pero esa buena noticia también abre otra conversación:
¿Está Las Terrenas realmente preparada
para recibir un Hilton?
La ciudad vive crisis
que ya no se pueden seguir maquillando. Los apagones no son hechos
aislados: Son frecuentes, largos y afectan por igual a comercios, villas,
hoteles y familias enteras. Sufren interrupciones eléctricas que, en muchos
casos, obligan a depender de plantas para poder operar o simplemente continuar
el día. Hilton podrá manejar ese reto con su propia infraestructura, pero la
mayoría de la comunidad no tiene la misma capacidad. Y es ahí donde el
desarrollo turístico revela una grieta: El
crecimiento avanza más rápido que los servicios básicos que deberían sostenerlo.
El transporte también vive un momento difícil. El
crecimiento desordenado de motores, motoconchos y vehículos privados ha
convertido las calles en un pequeño caos. Calles estrechas, falta de
señalización, invasión de aceras y un flujo que se vuelve casi intransitable en
horas pico, especialmente en temporada alta. Hilton traerá más visitantes, más
proveedores, más empleados, más movimiento… y eso significa que la movilidad
tiene que ser replanteada urgentemente.
A esto se suma uno de los problemas más delicados: El
manejo de aguas residuales y drenaje pluvial. En cada lluvia fuerte, Las
Terrenas muestra sus heridas. Calles anegadas, filtraciones, reboses, y puntos
donde el sistema colapsa y las aguas negras quedan expuestas, afectando la
salud pública y la imagen turística. Para un hotel de cinco estrellas —y para
un destino que quiere vender lujo— esto no es un detalle menor: Es una señal de
alarma que las autoridades deben atender antes de que la expansión inmobiliaria
tome más velocidad.
Sin embargo, más allá de los retos, el impacto positivo
que traerá Hilton es innegable. Un proyecto de esta magnitud podrá generar entre
350 y 500 empleos directos durante su construcción, y más de 1,200
indirectos entre suplidores, transporte, servicios y microempresarios
locales. Cuando entre en operación, el resort podría sostener más de 300
empleos directos permanentes y alrededor de 900 indirectos,
beneficiando a guías turísticos, pescadores, artesanos, taxistas, restaurantes,
cafeterías y alquileres vacacionales. Hilton no viene solo a construir un
hotel; viene a activar una economía completa.
Pero para que ese impacto sea justo y duradero, las
autoridades deben asumir un liderazgo serio. Las Terrenas necesita un plan
urbano alineado con su propio futuro: Calles ordenadas, un sistema eléctrico
confiable, una movilidad coherente y un drenaje digno de un destino global. El
crecimiento ya no es una posibilidad; es una realidad que está ocurriendo en
tiempo real, y que seguirá acelerándose con esta y otras inversiones que vienen
en camino.
La llegada de Hilton no debe verse únicamente como un
símbolo de desarrollo, sino como un llamado a la responsabilidad. Porque
Las Terrenas está entrando en una etapa donde el lujo debe convivir con la
sostenibilidad, donde la belleza natural tiene que ser protegida y donde el
progreso solo tiene sentido si mejora la vida de la gente que ya vive aquí.
Hilton pone a Las Terrenas en el mapa mundial. Ahora les
toca a las autoridades asegurar que esta joya dominicana pueda brillar sin
fracturarse por dentro.
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Solo mensajes, por favor.
Estoy siempre abierto a escuchar historias de valor: proyectos locales, emprendimientos, hoteles, restaurantes, iniciativas culturales y cualquier propuesta que merezca ser contada con respeto y profundidad. Si en algún momento deseas que visitemos tu espacio o trabajemos un reportaje sobre tu negocio, será un placer conversar y ver cómo podemos construir una buena historia juntos.



¡Excelente artículo, gracias!
ResponderEliminarGreat article. What is the plans for El Catey airport....they have to get flights from the USA to help fill those rooms.
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