El caso de la Escuela
Luis Enrique Yangüela Gómez en Las Gordas (Nagua) expone las grietas del
sistema educativo y el silencio de la supervisión
Por Rafael Enrique
Correa
Las Gordas, Nagua.
El cierre con candado de la Escuela Primaria Luis Enrique Yangüela Gómez,
ejecutado por padres y tutores el lunes 6 de octubre de 2025, no fue un
acto de rebeldía: fue un grito de auxilio.
Un símbolo de miedo, cansancio y desconfianza en las instituciones llamadas a
proteger lo más sagrado: la vida y la educación de nuestros niños.
Según reportó RCC
Noticias, el plantel —ubicado en el distrito municipal de Las Gordas,
provincia María Trinidad Sánchez, y perteneciente al Distrito
Educativo 14-01 de Nagua— presenta deterioro estructural severo:
grietas, filtraciones y desprendimientos.
Los padres, encabezados por Pamela Santhilaire e integrados por Marisabel
Aracena, Bideysi Bencosme, Yaniris Cruz y Darwin Acosta, decidieron colocar
cadenas en la puerta hasta recibir una respuesta concreta de las autoridades.
Dictamen técnico
ignorado
Los ingenieros de la Dirección
de Infraestructura Escolar (DIE) visitaron el centro y concluyeron que el
edificio no resiste reparación, recomendando su demolición total.
Mientras tanto, los padres denuncian que el Ministerio de Educación (MINERD)
prometió aulas móviles para no interrumpir las clases, pero nunca
llegaron.
“Nos dijeron que
traerían aulas temporales para que los niños no perdieran el año, pero nada ha
pasado”, declaró Pamela Santhilaire a RCC Noticias.
De acuerdo con los
padres, los estudiantes apenas recibían dos horas de docencia al día
antes del cierre definitivo.
¿Quién debió alertar
primero?
Cuando la comunidad debe
poner el candado, la supervisión institucional ya fracasó.
La cadena de responsabilidad es clara:
la dirección del centro reporta al Distrito 14-01, dirigido por Danny
Vilorio;
éste, a su vez, a la Regional 14, encabezada por María Luisa de la
Cruz;
y ambos responden ante la Dirección de Infraestructura Escolar del MINERD.
También la Gobernación
provincial, dirigida por Amada López, fue informada del riesgo estructural
y participó en reuniones con la comunidad, pero los acuerdos no se cumplieron.
Hasta el momento, ninguna
de las instituciones ha emitido un comunicado oficial sobre la demolición o
la reubicación de los estudiantes.
El Estado que llega
después
El Estado dominicano no
puede seguir actuando como si las escuelas fueran simples edificaciones.
Son espacios donde se forja el futuro, y cada grieta en una pared es una grieta
en la confianza pública.
La Dirección de
Infraestructura Escolar (DIE) existe para prevenir, no para lamentar.
Su misión —establecida por el propio Ministerio de Educación— es
garantizar que los centros cuenten con estructuras seguras y en condiciones
adecuadas para la enseñanza.
Sin embargo, la realidad en Las Gordas demuestra una brecha preocupante entre
los informes técnicos y las acciones concretas.
Mientras se multiplican
los anuncios de nuevas obras, centros rurales como éste continúan esperando
ser escuchados.
El cierre con candado no fue un desafío a la autoridad: fue una lección de
civismo.
Un espejo de nuestra
cultura institucional
El caso de Las Gordas es
más que una noticia local; es el reflejo de una cultura nacional que actúa
solo cuando algo colapsa.
La prevención no genera titulares, pero la tragedia sí.
Y en esa ecuación, los más indefensos —los niños— quedan atrapados entre la
burocracia y la negligencia.
La Escuela Luis
Enrique Yangüela Gómez simboliza la deuda pendiente entre la palabra “educación”
y la palabra “seguridad”.
Porque no se puede hablar de calidad educativa si los techos amenazan con caer
sobre las cabezas que queremos formar.
Llamado a conciencia
Este caso debe marcar un
punto de inflexión.
Es urgente que el MINERD implemente un protocolo nacional de alerta
temprana que integre a las comunidades, los distritos y las direcciones
regionales, permitiendo actuar antes de que las fallas se conviertan en
emergencias.
También urge una auditoría
pública del presupuesto de mantenimiento escolar, con transparencia
ciudadana.
Los fondos existen; lo que falta es seguimiento, voluntad y responsabilidad.
Conclusión
Cuando los padres se
convierten en guardianes del deber estatal, el sistema educativo ha perdido el
rumbo.
El candado que cierra una escuela es también una llave simbólica que
abre una conversación nacional sobre vigilancia, deber y respeto.
El día en que las
autoridades sean las primeras en detectar un riesgo —y no los padres—, ese día
podremos decir que la educación dominicana volvió a estar en pie.
Mientras tanto, Las Gordas nos recuerda que el silencio también puede
derrumbar una escuela.
Fuentes consultadas
- RCC Noticias (2025,
octubre 6). “Padres de estudiantes en Las Gordas colocan cadenas a puerta
de la escuela en protesta por mal estado del plantel.”
- CDN (2025,
octubre 6). “Cierran escuela con candado en Nagua por temor a colapso.”
- El Veedor Digital (2025,
octubre 6). “Cierran escuela con candado en Nagua por temor a colapso.”
________________________________________
Comunicador con 21 años de experiencia. Director de La Revista Chocolate. Especialista en temas sociales, económicos, culturales y políticos del noreste de la República Dominicana. Miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR). Miembro certificado de la International Federation of Journalists (IFJ). Reconocido como una de las voces más activas en la promoción del turismo y el desarrollo comunitario de María Trinidad Sánchez y la Costa Norte, donde combina una comunicación rigurosa y comprometida con una narrativa cultural que conecta comunidad, diáspora e identidad dominicana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En la Revista Chocolate valoramos cada palabra y cada opinión.
Muy pronto nos pondremos en contacto contigo si es necesario.
📬 Mientras tanto, te invitamos a seguirnos en Instagram [@revistachocolate] y a descubrir más historias que merecen ser contadas.