viernes, 12 de septiembre de 2025

Parque Solar en Payita: la esperanza energética de Nagua… sigamos soñando

Fotografía del proyecto

Por Rafael Enrique Correa
Comunicador y Director de La Revista Chocolate 

Estoy trabajando una tarea de la universidad sobre Las energías y sus implicaciones positivas y negativas para el desarrollo sostenible, que la puso mi amigo y facilitador Amable Solís, M.A.. Justo mientras repasaba el tema, ¡zas!, se va la luz aquí en Nagua. Y me dio para pensar: ¿Cómo es posible que en pleno 2025 todavía estemos a un “arbolito” de servicio eléctrico?

Ahí me vino a la mente un recuerdo: esa inversión que se anunció en medio de la pandemia, el Parque Solar María Trinidad Solar en Payita. Yo sabía que existía, pero no tenía claro en qué iba ni qué tanto beneficio traía para nuestra provincia. Me puse a investigar y la verdad es que encontré cosas muy interesantes.

 

¿Quién está detrás?

El proyecto lo impulsa una empresa llamada MATRISOL, S.A.S., cuyo presidente es Salvatore Longo Bellusci. En 2021 la Comisión Nacional de Energía (CNE) le otorgó la concesión definitiva mediante la resolución CNE-CD-0009-2021, y luego en febrero de 2022 firmaron el contrato por un período de hasta 30 años. No es un invento improvisado: detrás también aparece el Grupo Akuo, un desarrollador internacional de proyectos renovables.

 

¿Qué van a hacer ahí?

Se trata de un parque solar fotovoltaico con más de 113,000 paneles solares. Tendrá capacidad de 55.1 MW pico y 50 MW nominales. Para que tengas una idea, la producción estimada es de 94,000 MWh al año, lo suficiente para alimentar decenas de miles de hogares.

Y no es solo por tener paneles puestos: hay toda una tecnología de control detrás (Power Plant Controller, estudios de irradiación solar, conexiones a la red) para que no afecte la estabilidad eléctrica.

 

¿Cuánto costó y quién paga la fiesta?

La inversión es de unos US$55 millones, financiados con apoyo del Banco Popular. El modelo es privado: la empresa pone el dinero, y el Estado da el marco legal, los incentivos y la supervisión. Incluso ya se anunció un cliente ancla: la Cervecería Nacional Dominicana, que compraría parte de esa energía limpia bajo contrato.

 

¿Y qué gana la provincia con todo esto?

Aquí es donde la cosa se pone interesante:

·       Cada año se ahorran más de 56,000 barriles de petróleo que antes había que importar.

·       Se evita la emisión de unas 60,000 toneladas de CO, que es un alivio para el clima.

·       Genera empleos locales en construcción, operación y mantenimiento.

·       Y lo más importante: pone a María Trinidad Sánchez en el mapa nacional como una provincia que no solo consume energía, sino que también la produce de manera limpia.

Y hay algo que me llama la atención: ¿por qué el sector privado decidió hacer esta inversión aquí y no en la capital? La respuesta está en el potencial de nuestra tierra. Payita y Cabrera tienen amplias extensiones de terreno disponibles, buena radiación solar y menos presión urbana que la ciudad. En otras palabras, tenemos condiciones naturales y espacio que nos convierten en un lugar ideal para un proyecto de esta magnitud. Ese “privilegio geográfico” es lo que le dio a nuestra provincia la oportunidad de ser pionera en este tipo de energía limpia.

Ahora, no todo es color de rosa. En Europa ya hay debates porque muchos parques solares han ocupado terrenos agrícolas y eso ha generado conflictos: se produce energía, pero se limita la agricultura. Como respuesta, han surgido proyectos que mezclan ambos usos: paneles solares instalados a cierta altura y cultivos creciendo debajo, lo que llaman agrovoltaica. Esa experiencia debería servirnos de alerta aquí, para que aprovechemos el sol sin sacrificar la producción de alimentos que también es vital para nuestro desarrollo sostenible.

Por eso, este tipo de inversión debe venir acompañado de ojos vigilantes de quienes nos cuidan como comunidad. Queremos la inversión y el desarrollo, sí, pero también queremos cuidado y protección para nuestra gente, nuestra agricultura y nuestro futuro.

 

Entonces… ¿es real el beneficio ahora mismo?

Te soy sincero: hoy, el aporte todavía no lo sentimos de manera directa como usuarios de Nagua, porque el parque no está pensado para resolver un apagón en tu casa, sino para sumarse al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) y cubrir contratos privados. Pero ya está en marcha, figura como operativo y eso trae una ventaja indirecta: menos dependencia del petróleo, más inversión y más estabilidad para el país entero.


Lo que más me llamó la atención es cómo este proyecto conecta directamente con lo que estamos estudiando en clase: las energías renovables son una salida a la paradoja de desarrollarnos sin destruir el futuro. Y mira qué ironía: mientras yo peleo aquí con la luz que se va, en Payita están montando un parque solar de clase mundial.

Para mí, la lección es clara: necesitamos más iniciativas como esta. Que se replique en otras comunidades de la provincia y del país. Pero que se haga con visión, responsabilidad y vigilancia ciudadana. Porque al final, no se trata solo de tener electricidad, sino de que sea limpia, sostenible, protegida y segura para el futuro de todos.

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Comunicador con 21 años de experiencia
Director de La Revista Chocolate 
Especialista en temas sociales, económicos, culturales y turísticos del noreste de la República Dominicana. Miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR). Miembro certificado de la International Federation of Journalists (IFJ).

 

  

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