domingo, 10 de agosto de 2025

CUANDO ENTIENDES LO PEQUEÑO QUE ERES



 "Un viaje hacia lo esencial en medio de la inmensidad"

Por Rafael Enrique Correa 
Comunicador y Director de La Revista Chocolate

Vivimos en un planeta que flota como una mota de polvo en medio de un universo tan grande que nuestra mente no lo puede abarcar. El sol, que nos parece tan inmenso, es solo una estrella común en una galaxia que es apenas una entre miles de millones.
Y, aun así, aquí estamos… preocupados por si la ropa que usamos le gusta a otro, por si nuestras palabras caen bien, por si encajamos en sistemas que existían antes que nosotros y seguirán mucho después.

Hace unos años, yo tenía un sueño: comprar una moto. No era un capricho cualquiera, era un símbolo de libertad. Me imaginaba recorriendo caminos sin fin, el viento golpeando mi rostro, sintiendo que no había barreras entre mí y la vida. Trabajé duro, esperé, ahorré… y llegó el día. La moto estaba ahí, mía.
Pensé: “Ahora sí… esto es felicidad”.

Pero hoy, la moto pasa más tiempo guardada que en la calle. Tal vez la uso dos veces al mes. No porque no la ame, sino porque la vida se llena de compromisos, de responsabilidades… y el tiempo, ese recurso invisible, no se detiene por ningún sueño cumplido.

Ahí me di cuenta de algo que nadie me había explicado: muchas de las metas que perseguimos durante años no se sienten como imaginábamos cuando las alcanzamos. La casa en la playa, el vehículo soñado, el dinero en el banco, las deudas saldadas… son logros buenos, pero no siempre llenan el vacío que queda cuando el aplauso se apaga.

La Biblia lo dice sin rodeos: “La vida es como la neblina, que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece” (Santiago 4:14). El estoicismo lo confirma: no podemos controlar cuánto tiempo estaremos aquí, pero sí cómo lo usamos.

La pregunta es:
¿En qué estás invirtiendo tus días?
¿En impresionar a otros, o en vivir plenamente lo que tienes?
¿En coleccionar cosas, o en construir recuerdos que te sigan a la eternidad?

Quizás la verdadera grandeza esté en reconocer lo pequeños que somos y lo corto que es el viaje. En soltar la carga de lo que no importa y vivir con la libertad que Dios nos ofrece: no para agradar a todos, sino para cumplir el propósito para el que fuimos creados.

Porque al final, la vida no se trata de tenerlo todo… sino de tener paz con lo que ya tienes, y la certeza de que lo que haces hoy deja un eco en la eternidad.


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Comunicador con 21 años de experiencia
Director de La Revista Chocolate 
Especialista en temas sociales, económicos, culturales y turísticos del noreste de la República Dominicana. Miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR). Miembro certificado de la International Federation of Journalists (IFJ).


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